Serra Pullman
Toda la información de este modelo y sus fotos.Serra Pullman, el deportivo del Seat 600 hecho por Serra.
En mayo de 1958 sale de las cadenas de montaje de seat un modelo normal del 600, que comienza a rodar por las calles de Sabadell de la mano de su propietario S.C.G. quien recibe la matrícula definitiva un 20-11- 1958, quizás fecha premonitoria por lo que veremos más adelante.
El vehículo es llevado a los talleres Pullman que la familia Serra en el Paseo del General Mola nº 40 (actualmente Passeig de Sant Joan 140). De allí sale ya homologado como seat 600 Sport Pullman el 29 de mayo de 1959. La ya tradicional forma del 600 ha sido sustituida por un coupé apto para tan solo dos plazas, dotado de unos semi-baquets, suspensiones más rígidas y un depósito con capacidad para 35 litros de gasolina para abastecer las demandas de un motor preparado de cuya existencia a día de hoy no queda más que un rastro; un cárter de aceite de aluminio que recuerda muy mucho a los que montaban los Nardi.
Parece ser que al poco tiempo este vehículo pasa a rodar por Madrid en manos de un familiar del antiguo dictador, quien tras unos años de recorridos por la capital decide venderlo suituándolo en la tienda de unos conocidos hermanos dedicados al mundo del motor, sobre todo a las motos y más concretamente a los “sidecars”.
El Serra Pullman cambia de manos, pero al no poder localizar al propietario inicial siguió a su nombre recurriendo a documentarlo con los provisionales de gestoria que en aquella época tenían una vigencia de 90 días. Sigue su rodar en la Comunidad valenciana y este tercer propietario se lo vende a su vez a un cuarto propietario, industrial del transporte, que viaja continuamente a cataluña y aprovecha para intentar poner el vehículo a su nombre, búsqueda fallida. es quien dada la “fama” del vehículo, decide pintarlo de gris con una franja negra que atraviesa la carrocería a todo lo largo y le dota de una chapa artesanal a modo de parachoques en la parte delantera cansado de los “toques” de aparcamiento que deteriora su frontal. Un golpe arrumba el vehículo al fondo de una nave donde permanecerá algo de más de dos décadas.
No es sino hasta 1995 cuando un conocido industrial tarraconense quien se hace con el vehículo sometiéndolo a una restauración y devolviendole el color rojo inicial. El motor, que se encuentra “clavado” es desperdiciado y aprovechando el carter se le monta un 903 hb con el que rueda hasta día de hoy. Desgraciadamente su nuevo y quinto propietario por la edad y salud poco puede disfrutar de su nuevo capricho terminando arrumbado en una de sus naves donde atesora una gran colección de vehículos, varios de ellos traídos de latinoamérica.
Este 600 Serra Pullman se puede considerar único, ya que fue realizado de encargo. Si que hemos podido averiguar que a mitad de los años 60 Serra construyó otro vehículo parecido, partiendo de un 600 matriculado en febrero de 1961 y dotado de mecánica abarth. Desgraciadamente su pista se perdió hace ya muchos años por tierras valencianas (que casualidad).
Como se puede apreciar por las imágenes, el sport pullman rueda perfectamente a día de hoy en manos de su sexto propietario y después de haberlo actualizado tras sus casi quince años de parada última. Conserva de su época elementos tan característicos como las llantas de aluminio Akront y su volante nardi. Para una mejor sujeción al suelo porta una ballesta invertida a la que se le eliminó una de sus hojas, cambiando los tacos de goma tradicionales por unos muelles que atenúan el balanceo del vehículo al negociar las curvas. Los asientos recogen muy bien el cuerpo de los pasajeros aunque dificultan la salida del vehículo al ir situados prácticamente pegados al suelo y ser la banqueta un poco más larga que los originales.
Parece ser que al poco tiempo este vehículo pasa a rodar por Madrid en manos de un familiar del antiguo dictador, quien tras unos años de recorridos por la capital decide venderlo suituándolo en la tienda de unos conocidos hermanos dedicados al mundo del motor, sobre todo a las motos y más concretamente a los “sidecars”.
El Serra Pullman cambia de manos, pero al no poder localizar al propietario inicial siguió a su nombre recurriendo a documentarlo con los provisionales de gestoria que en aquella época tenían una vigencia de 90 días. Sigue su rodar en la Comunidad valenciana y este tercer propietario se lo vende a su vez a un cuarto propietario, industrial del transporte, que viaja continuamente a cataluña y aprovecha para intentar poner el vehículo a su nombre, búsqueda fallida. es quien dada la “fama” del vehículo, decide pintarlo de gris con una franja negra que atraviesa la carrocería a todo lo largo y le dota de una chapa artesanal a modo de parachoques en la parte delantera cansado de los “toques” de aparcamiento que deteriora su frontal. Un golpe arrumba el vehículo al fondo de una nave donde permanecerá algo de más de dos décadas.
No es sino hasta 1995 cuando un conocido industrial tarraconense quien se hace con el vehículo sometiéndolo a una restauración y devolviendole el color rojo inicial. El motor, que se encuentra “clavado” es desperdiciado y aprovechando el carter se le monta un 903 hb con el que rueda hasta día de hoy. Desgraciadamente su nuevo y quinto propietario por la edad y salud poco puede disfrutar de su nuevo capricho terminando arrumbado en una de sus naves donde atesora una gran colección de vehículos, varios de ellos traídos de latinoamérica.
Este 600 Serra Pullman se puede considerar único, ya que fue realizado de encargo. Si que hemos podido averiguar que a mitad de los años 60 Serra construyó otro vehículo parecido, partiendo de un 600 matriculado en febrero de 1961 y dotado de mecánica abarth. Desgraciadamente su pista se perdió hace ya muchos años por tierras valencianas (que casualidad).
Como se puede apreciar por las imágenes, el sport pullman rueda perfectamente a día de hoy en manos de su sexto propietario y después de haberlo actualizado tras sus casi quince años de parada última. Conserva de su época elementos tan característicos como las llantas de aluminio Akront y su volante nardi. Para una mejor sujeción al suelo porta una ballesta invertida a la que se le eliminó una de sus hojas, cambiando los tacos de goma tradicionales por unos muelles que atenúan el balanceo del vehículo al negociar las curvas. Los asientos recogen muy bien el cuerpo de los pasajeros aunque dificultan la salida del vehículo al ir situados prácticamente pegados al suelo y ser la banqueta un poco más larga que los originales.
Agradecimientos a Alberto Lerchundi por su escrito y la cesión de las fotos de su coche.